
En este cuento se aprecia a Clemente y Nydia, una pareja de esposos que se encuentran de compras en la ciudad de San Juan. Ambos van caminando por las calles, después de finalizar con la adquisición de unos muebles. Clemente se percata de un sujeto con mala facha, el cual los seguía disimuladamente. Al inicio, Clemente pensó que se trataba de un ladino, así que no denotó mucha preocupación, pues sólo contaba con dos dólares en el bolsillo ($2), pero cuando observó que el sujeto se le acercó y le mostró fugazmente un brillante, descartó la idea inicial.
Momentos después, el extraño repitió la misma escena ofreciendo el brillante por tercera vez, a un precio de veinte dólares ($20). Es ahí donde Nydia toma interés por la prenda, ocasionando que su esposo la haga desistir de tal decisión, pese a todo, la mujer logra cambiar unos cheques en efectivo, el cual es entregado al extraño por Clemente dentro de una librería, concretándose así la adquisición del brillante, satisfaciendo a Nydia, pero dejando en Clemente la obvia idea que la gema era robada.
Las tentaciones siempre están latentes en nuestra vida diariamente, pero ¿podría decirse que algunas de las tentaciones que solemos descartar, pueden ser realmente verdaderas oportunidades que nos ofrece la vida, y que, las dejamos pasar por el simple hecho de no arriesgar ? Hay que recordar que la frase: “El que no arriesga no gana” se adecúa a estas situaciones, más aún es estos tiempos donde el entorno es tan cambiante, y las oportunidades no son tan fáciles de encontrar.

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